Sostenibilidad y tecnología son dos elementos que acompañan a los proyectos de arquitectura este 2018, donde se buscará que los diseños, estructuras y materiales sean amigables con el ambiente, duraderos, seguros, versátiles y modernos con el uso de nuevas tecnologías.

Aprovechar lo natural y reutilizable

Los diseños arquitectónicos del 2018 estarán basados en el aprovechamiento de recursos propios del ambiente como es la luz natural, la cual es apreciada por los dueños y usuarios de edificios, casas o cualquier otra estructura, debido a que ofrece armonía, tranquilidad, confort y, sobretodo, lograr reducir el consumo de energía.

Igualmente la reutilización y reciclaje de los materiales como madera, piedra o hierro, es garantía en la arquitectura de hoy en día. Esta tendencia permite un ahorro en los gastos, durabilidad a largo plazo y se contribuye positivamente con el ambiente.

Domótica, el lado moderno de la arquitectura

Ante el avance tecnológico actual, la utilización de dispositivos digitales interconectados en el hogar es también tendencia, y no ficción. Se trata de la domótica, que es la automatización de las casas o viviendas con sistemas inteligentes de iluminación o calefacción, de seguridad, manejo a distancia de electrodomésticos, entre otros.

Con esta tecnología, los hogares logran ahorrar más del 30% de su energía así como maximizar su seguridad y confort; sin embargo, su incorporación en las viviendas aún es de costos muy altos y, ante lo nuevo de su aplicación, pueden presentarse fallas en sistemas importantes como los de seguridad.

Espacios abiertos y confortables

Creación de espacios amplios, iluminados y modernos son lo demandando por los usuarios en su búsqueda de lograr que cada rincón de su hogar integre a sus miembros y fortalezca su socialización. Además, estos espacios abiertos inspiran armonía y confort, así como sencillez y modernidad. Mayormente se realizan en salas de estar y comedor, dos espacios que invitan a compartir.

Multifuncional y minimalistas

Una tendencia de los años setenta, pero que sigue vigente este 2018 gracias a aquellos que buscan espacios simples y totalmente funcionales. Se caracterizan por tener elementos necesarios y conformen unidad visual, espacios abiertos, aprovechamiento de factores naturales como la luz y el agua, así como la utilización de materiales reciclables (madera, vidrio, piedra, acero, entre otros).

Los espacios de una arquitectura minimalista poseen colores monocromáticos, generalmente blanco, y puede tener colores contrastante muy vivos en alguna de sus paredes. También hacen uso de elementos como sillas, sofás, mesas o camas con formas geométricas, pero prescinden de ornamentos que rompan con la simplicidad de la vivienda o edificio.